Arrepentimiento Verdadero (Primera Parte): Cuando El Arrepentimiento Es Falso.
Hablo de arrepentimiento verdadero
porque el arrepentimiento puede ser también falso o parcial y establecer la diferencia entre los tres no es tan fácil. No se trata solamente de los casos en los que una persona
hace un teatro del arrepentimiento, quizás para evitar consecuencias. Nosotros mismos, aún con sinceridad nos podemos engañar al interpretar como arrepentimiento lo que no es. Muchas personas asocian el
arrepentimiento con una expresión emocional de dolor y quebranto
acompañado de admisión de la falta o faltas cometidas. Sin embargo, eso es solo
una parte de lo que envuelve el arrepentimiento y de hecho una parte
importante. Estoy seguro que usted ha visto a personas repitiendo conductas y acciones de
las cuales en algún momento "se arrepintieron", o quizás le ha pasado a usted mismo. Esto nos
debe llevar no necesariamente a cuestionar la sinceridad del que se
arrepiente, sino mas bien a entender que
los componentes del arrepentimiento son varios y que se trata de un
proceso.
Aunque la palabra arrepentirse suena a cliché religioso, el arrepentimiento es de suma importancia en la restauración de nuestras vidas y como dice el título, es ahí donde la restauración comienza. No se puede comenzar a restaurar a alguien que no está arrepentido de su pecado o que finge haberse arrepentido.
Aunque la palabra arrepentirse suena a cliché religioso, el arrepentimiento es de suma importancia en la restauración de nuestras vidas y como dice el título, es ahí donde la restauración comienza. No se puede comenzar a restaurar a alguien que no está arrepentido de su pecado o que finge haberse arrepentido.
Ahora bien, partiendo de la verdad de que "no hay hombre justo en
la tierra, que haga el bien y nunca peque" (Eclesiastes 2:20 RVR),
afirmamos que no hay ser humano que pueda decir que no tiene nada de que
arrepentirse. No
importa si la percepción nos lleva a minimizar nuestras faltas o si
la culpa nos castiga y nos tritura el corazón; necesitamos
arrepentirnos. Jesús inició su ministerio invitando al
arrepentimiento. Mateo 4:17. Fue el mensaje de Juan el Bautista.
Lucas 3:7. Los apóstoles enfatizaron el arrepentimiento como
condición para obtener el perdón de Dios. Hechos 3:19, 17:30. Aún en el sistema judicial humano, jueces y
fiscales son más condescendientes con las personas que muestran
remordimiento y admiten sus crímenes y faltas. También, la
psicología moderna ha experimentado por muchos años con esquemas de
confesión y reconocimiento de culpa como vías para tratar
condiciones traumáticas. En síntesis, el arrepentimiento es
saludable para todos y más aún para aquellos que buscan
restauración de situaciones particulares.
Arrepentirse
significa cambiar de mentalidad, de dirección, de actitud. La manera mas
sencilla de ilustrarlo es con una persona que camina hacia el sur y
decide volverse y caminar hacia el norte. Esa es una demostración funcional de arrepentimiento: Cambio de dirección. De ahí se desprende que el
arrepentimiento es un proceso que envuelve elementos que se deben
mantener conectados y que son verificables.
Antes
de ver esos elementos, quisiera analizar brevemente varios ejemplos
en la Biblia donde vemos que las muestras de arrepentimiento de
ciertos individuos estuvieron envueltas en la falsedad y el engaño o
fueron muestas de un proceso parcial que no se completó. La intención
no es promover suspicasias o sospechas sobre el arrepentimiento de
otros, sino poner en perspectiva el autoengaño en el que todos
podemos caer. En otras palabras, necesito evaluar si de verdad me he
arrepentido o si he asumido como total y final una parte del proceso.
- El arrepentimiento de Judas. Mateo 27:3 "Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos...(RVR)". Por el relato de Mateo podemos decir que Judas reconoció el mal que había hecho y lo confesó. Pero su suicidio nos muestra que el remordimiento lo llevó a la desesperación y a una salida fatal. Judás no buscó a Jesús a quien habia ofendido y traicionado. Sentir dolor por el pecado y nada más sin buscar restauración con el ofendido y sobre todo buscar en Dios el alivio a ese dolor, no es el arrepentimiento que sana y restaura.
- El arrepentimieno de Saúl. 1 Samuel 15:24 "Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, (RVR)". Una vez mas vemos la admisión del pecado y un pedido de perdón. Sin embargo, esta confesión está acompañada de excusas: "el pueblo", según Saúl, le llevó a su acción. Recuerda a Adán? "la mujer que me diste..." Asumir total responsabilidad es una condición impresindible de un arrepentimiento verdadero.
- El arrepentimiento de Simón. Hechos 8:22-24 "Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí. (RVR)". Simón le ofreció dinero a los apóstoles para adquirir el poder de Dios. Ante la reprensión y llamado de los apóstoles a que se arrepintiera, Simón respondió con una solicitud de interseción para evitar el castigo. Aunque Dios puede utilizar ciertas circunstancias para que nos movamos al arrepentimiento, el temor al castigo a las consecuencias por si solo nos puede llevar a un arrepentimiento que se desvanece si conseguimos evitar dichas consecuencias. Fue la historia repetitiva del pueblo de Israel en el libro de los Jueces.
Espero que estos ejemplos sean suficientes para analizar nuestro propio arrepentimiento y no el de otros. Si nos hemos arrepentido falsamente, debemos ser sinceros con nosotros mismos. Engañarnos y no examinar profundamente nuestro corazón nos mantendrá alejados de Dios y sin la restauración que necesitamos. "Examinémonos a nosotros mismos" como dijo el Apóstol Pablo. En mi próxima publicación analizaremos los elementos partículares y bíblicos que deben ser parte de un verdadero arrepentimiento.
Juan Alberto Ovalle. Es predicador de la Palabra de Dios, comunicador, profesor de teología y autor. Actualmente esta casado con Luz del Alba Soto, con la cual comparte el ministerio de la Palabra y tiene dos hijos, David y Jonatan. Vive en Lawrence, Massachussetts.
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Buena enseñanza respecto al proceso de restauración. Pienso que el arrepentimiento es la piedra angular de una completa y perfecta restauración. Dios te siga usando.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo. Gracias por comentar.
BorrarExcelentemente tratado el tema sobre el arrepentimiento verdadero, me parece sin desperdicios, precisamente este pasado domingo hablaba con un grupo de hermanos de mi congregacion sobre ese tema, específicamente tratamos los puntos 4 y 5 que tu tratas en el tu estudio, el arrepentimiento verdadero se demuestra con el cambio de actitud y el arrepentido acepta las consecuencias de su transgresión, no busca justificarse. El caso de Judas como ejemplo de un arrepentimiento no verdadero lo demuestra, su arrepentimiento se quedo en el remordimiento, y el quitarse la vida demuestra que no fue verdadero su arrepentimiento ya que no estaba dispuesto a vivir una vida con ese remordimiento. Sigue adelante hermano querido nutriéndonos con la sabiduría que Dios te ha dado.
ResponderBorrarGracias Juan. Creo que el Espíritu Santo nos está moviendo a revisar y profundizar. Me gustaría saber la reacción de los hermanos de tu grupo. Ojala se puedan crear círculos de reflexión alrededor de los temas de restauración. Sería tremendo. Hay muchas preguntas y confusiones. Gracias de nuevo.
BorrarMuy bueno ese tema y tan importante en estos tiempos que se promueve más la apariencia que la verdadera intención del corazón... Gracias hermano por enriquecer nuestro conocimiento con la palabra verdadera.
ResponderBorrarMuy cierto Gelpys. Aunque no lo menciono por su nombre en este artículo, hay una gran preocupación por quedar bien aunque estemos mal, y ese es uno de los grandes obstáculos tanto para restaurar como para ser restaurado. Gracias hermano por el comentario.
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