Arrepentimiento Verdadero (Segunda Parte): Características del Verdadero Arrepentimiento.

 Las caracteristicias del verdadero arrepentimiento se ven en muchos pasajes de la Biblia. Hablamos, por supuesto del arrepentimiento que lleva a la sanidad y a la restauración total; el arrepentimiento que Dios espera ver en nosotros. Señalaremos algunos de los componentes del arrepentimiento que he encontrado y sé que usted que lee este artículo podría buscar y encontrar en la Biblia algunos más.


En el arrepentimiento verdadero:

1. Reconocemos nuestra responsabilidad. Hay un "yo he pecado", "yo he fallado", sin excusas y sin culpar a otros. Así lo hizo David en 2 Samuel 12:13: "Pequé contra Jehová", punto. Nehemías 1, Daniel 9 nos presentan buenos ejemplos de oraciones de confesión responsables. El hijo prodigo dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti".

2. Nos duele el haber pecado y el daño que causamos. "Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día". Salmo 32:3. El dolor del salmista David por su falta es evidente en todo este salmo. Lo mismo pasó con Pedro luego de negar a Jesús. Lucas 22:62. "La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación..." 2 Corintios 7:10. Pero cuidado. Hay una diferencia entre sentir dolor por haber pecado y sentir verguerza o dolor por haber sido descubierto. En ocasiones lloramos no por el pecado que cometemos sino por las consecuencias y las pérdidas que experimentamos. Aunque una cosa va de la mano con la otra, en el verdarero arrepentimiento el dolor por ofender a otros y a Dios es lo que sobresale.

3. Confesamos. I Juan 1:9 "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". Traducido del Griego en que se escribió el Nuevo Testamento, confesar significa "decir lo mismo". Decir lo mismo que Dios sabe, decir la verdad, sacar la verdad a la luz, decir las cosas tal y como sucedieron, sin maquillarlas. En cuanto a Dios, El no se va a sorprender de nada que confesemos. En cuanto a los seres humanos, la confesión es un recurso de sanidad tanto para el ofensor como para el ofendido y es el camino a recuperar la confianza que perdemos al ocultar pecados. Debo anotar que en ocasiones se necesita la intervención de consejeros cuando se trata de confesar ciertas acciones a personas afectadas para no causar mas daño.

4. Cambiamos de actitud, conducta y manera de pensar. Mateo 21:28-31 nos narra la historia de dos hijos. Uno que le dijo a su padre que iría a trabajar a su finca, pero no fue y otro que dijo que no iría, pero "arrepentido" fue. Los cambios tienen que ser verificables. Se pudo ver al hijo arrepentido íendo a la finca y trabajando en ella. No solo “dijo” que iría. De la misma manera cambios se verán en la vida del que se arrepiente del adulterio, el robo, las adicciones, el maltrato, el engaño, etc. Sobre todo, se verá a la persona acercándose a Dios mientras se aleja del pecado.

5. Aceptamos consecuencias. A pesar de su arrepentimiento, David vió la muerte de su hijo como consecuencia de su pecado. 2 Samuel 12:14. Abraham, Jacob, Moisés, Samsón y otros hombres de Dios vieron venir consecuencias por faltas que cometieron. En otros casos, como el de Lot y Pedro Dios, en su misericordia eliminó las consecuencias. En todo caso, en el arrepentimiento verdadero aceptamos con humildad las consecuencias que nos vengan por la voluntad de Dios.

6. Hacemos restitución. En Lucas 19, como expresión de su arrepentimiento Zaqueo proclamó públicamente su compromiso de hacer restitución a todo el que había defraudado. Lo mismo debe comprometerse a hacer todo el que se arrepiente de verdad y ha dañado con sus acciones a alguien, sea a la esposa, el esposo, hijos, amigos, instituciones, la iglesia, la sociedad en sentido general.

Reitero que el hecho de que uno de estos elementos se haga evidente por si solo no quiere decir necesariamente que los otros estén o estarán presentes en la vida del que se arrepiente. De hecho es ahí donde restauradores y los que están en procesos de restauración muchas veces nos confundimos. Llorar, compungirse, confesar es probablemente sólo el inicio del proceso del arrepentimiento verdadero. Repito: Es un proceso. Vamos paso a paso mostrando con evidencias que avanzamos en la dirección opuesta al pecado que nos destruye mientras nos acercamos más y más a Dios. Toma tiempo, a veces poco, a veces mucho. Pero es necesario el tiempo para verificar autenticidad.

Reacciones emocionales o sentimientos no son la mejor medida de evaluación de los cambios permanentes que necesitamos. Eso es bueno. Pero podemos engañarnos y engañar aún sin intención a otros que intentan ayudarnos. El corazón es engañoso. La Palabra de Dios y el Espíritu Santo son la medida y los “frutos dignos de arrepentimiento” la confirmación.  

Dependiendo de lo profundo que hayamos caido, puede ser más fácil o más difícil salir del hoyo de pecado y miseria en el que nos sumergimos los seres humanos. El arrepentimiento es el punto de partida y con Jesús la restauración total de una vida es posible. Dios se complace en aquellos que se arrepienten de verdad y su mano de ayuda se extiende hacia ellos. “El que a mi viene, no le hecho fuera”, dijo Jesús. No tenga temor de darse la oportunidad de caminar hacia una vida de total transparencia, honestidad y santidad. Lo opuesto es miseria y calamidad. Pero, comience hoy mismo.


Juan Alberto Ovalle. Es predicador de la Palabra de Dios, comunicador, profesor de teología y autor.  Actualmente esta casado con Luz del Alba Soto, con la cual comparte el ministerio de la Palabra y tiene dos hijos, David y Jonatan.  Vive en Lawrence, Massachussetts.



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